Un total de 31 eurodiputados, la mayoría miembros del Grupo de Los Verdes, han hecho llegar una carta a la comisaria de Sanidad de la UE, Stella Kyriakides, en la que solicitan a la Comisión Europea que las leyes europeas “establezcan una definición clara del término ‘natural’ aplicado a los alimentos, que prevean en qué casos se puede usar en el etiquetaje para garantizar la información de los consumidores, y que los productos etiquetados como ‘naturales’ no contengan ni transgénicos, ni sustancias sintéticas y que sean 100 % biodegradables”.
Además, los eurodiputados piden que en las etiquetas “la información sobre el origen de los ingredientes y la composición real de los productos sea fácilmente reconocible por los consumidores”.
En la misiva, los parlamentarios recuerdan que “actualmente, la UE carece de una definición legal del término ‘natural’ para productos alimenticios. En consecuencia, los fabricantes suelen utilizarlo para promover características de los alimentos que difieren casi siempre de la composición del producto final”.
A pesar de esta falta de legislación, las normas europeas sobre las declaraciones de propiedades nutricionales y saludables de los alimentos sí que mencionan explícitamente que los criterios de etiquetado de alimentos deben “tener como objetivo evitar que las declaraciones de propiedades nutricionales de un producto contribuyan a esconder sus auténticas características nutricional y puedan inducir a error a los consumidores en el momento de elegir opciones para una dieta equilibrada”.
Para los eurodiputados firmantes, el uso libre que la industria alimentaria puede hacer ahora mismo en sus envases de este concepto estaría en contra de este principio básico que debe regir el etiquetado de cualquier producto a la venta en la UE.
Los europarlamentarios invocan un informe publicado recientemente por Safe Food Advocacy Europe que establece que, en general, los consumidores asocian el término ‘natural’ con algo positivo, relacionado con el origen, el mínimo procesado y la ausencia de aditivos. Puesto que se puede usar este concepto libremente a pesar de que el producto contenga aditivos y sea un ultraprocesado, el informe concluía que los consumidores que compran estos alimentos basan sus elecciones en supuestos incorrectos.
Fuente: La Vanguardia | autor: Albert Molins