Alibós es una empresa ubicada en Monterroso (Lugo) con más de cincuenta años de historia y que actualmente es una de las mayores productoras mundiales de castaña pelada y congelada. Desde finales de los años 90 cuentan con la certificación del Craega. Jesús Quintá, propietario y CEO, y Rocío Freire, responsable de producción y calidad, hablan de los detalles de este proyecto y de su visión sobre los alimentos eco.
¿Cómo nació este proyecto y en qué año? ¿Cómo fueron los inicios de Alibós?
Jesús: Nace en el año 69. Al principio, la empresa se dedicaba a las setas. Luego, en los años 80, comenzamos con la castaña, que hoy es el único producto. Somos los principales productores de castaña pelada y congelada en Europa.
¿Cómo trabajáis en vuestro día a día en esta época del año? ¿Tenéis la fábrica y también plantaciones de castaño ecológico?
Jesús: Disponemos de 225 hectáreas propias certificadas en ecológico, donde recogemos la mercancía día a día. Estos días estamos en plena recogida y también compramos castañas ecológicas a terceros, tanto en diferentes zonas de España como en el extranjero.
La castaña la traemos aquí, la pelamos y congelamos para su posterior venta. Se destina a miles de productos y numerosos países.
¿Hasta dónde llegan vuestras castañas?
Jesús: Principalmente a toda Europa, sobre todo a Francia y Suiza; sin embargo, también a Japón, a Estados Unidos… llegan a más de diecisiete países en todo el mundo.
¿Trabajasteis siempre en ecológico o hubo un cambio en algún momento?
Jesús: En ecológico estamos prácticamente desde los inicios del Craega, a finales de los 90, que fue cuando nos certificamos. Desde entonces, una parte de nuestra producción es en ecológico. Contamos con la certificación desde 1998 o 1999, aproximadamente.
«Somos los principales productores de castaña pelada y congelada en Europa»
¿En Alibós tenéis barreras que os dificulten el trabajo diario o habéis logrado desarrollar un método de trabajo efectivo?
Rocío: Actualmente, uno de los problemas que más afecta al sector de la castaña es el abastecimiento de la materia prima, es decir, disponer de castaña suficiente y de calidad. Los bosques y castaños, en los últimos años, han sido afectados por diferentes plagas, alguna de las cuales apareció hace pocos años, y por hongos asociados a la presencia de esas plagas… Cada vez las cosechas son menores y los rendimientos, más bajos, ya que muchos frutos llegan dañados a la industria. Así, uno de los mayores retos que tenemos ahora mismo es lograr un mayor abastecimiento de variedades de calidad que se puedan industrializar fácilmente, que se pelen bien, se conserven en buen estado y tengan el menor número posible de enfermedades, sin daños de gusanos ni hongos, porque eso se traduce en unos rendimientos muy bajos.
El mayor problema que tenemos en la fábrica es que, aunque siempre hemos sido una empresa muy innovadora, llevando a cabo investigación desde hace 20 años (quizás antes, aunque no tan sistematizada), tenemos mucha maquinaria adaptada a la castaña y a la vez tecnología muy actual de visión artificial, congelación criogénica… Estamos renovando continuamente el proceso para poder elaborar más cantidad y con mejor calidad. Con esto también buscamos hacer frente a otro problema reciente, que es la disponibilidad de mano de obra, cada vez menor en las zonas rurales. Las industrias que estamos en estas zonas tenemos menos personal disponible, y en nuestro caso tenemos el hándicap adicional de trabajar por campañas: necesitamos mucha gente en un corto periodo de tiempo. Al final, lo que nos queda es automatizar y mecanizar al máximo posible el proceso, porque realmente no hay disponibilidad de personas y ahora mismo podríamos contratar a más gente de la que tenemos. Este es quizá otro de los problemas recientes con el que nos encontramos.
¿Por qué crees que la gente debería consumir productos ecológicos?
Rocío: Ahora mismo, el tema está muy de actualidad y puede que los que no estaban tan concienciados con los problemas medioambientales y el cambio climático, estos días sí estén algo más concienciados. Consumir productos ecológicos garantiza que no se utilicen productos muy perjudiciales tanto para las personas como para el medio ambiente. La producción ecológica fomenta la conservación de las especies, que se sigan utilizando las mismas variedades tradicionales y que los animales no sean tratados con medicamentos de síntesis química. Obviamente, también lo que todos conocemos: no utilizar pesticidas ni herbicidas. Solo hay unos productos controlados que pueden usarse en ciertos tipos de producción. Todo esto ayuda al medio ambiente.
Tenemos que ser conscientes de que hay que cuidar nuestro entorno; no sé cuántas generaciones le quedarán a este planeta, pero tenemos que darnos cuenta de que hay que empezar a cuidarlo. La producción ecológica lo hace; tanto la ganadería, como la acuicultura y la agricultura ecológicas. También creo que el uso de menos productos químicos en la producción beneficia a las personas y, al final, son menos compuestos dañinos que les damos a nuestros hijos, que consumimos nosotros y que permanecen en nuestro cuerpo.
¿Qué beneficios os aporta contar con la certificación del Craega?
Rocío: Nosotros fuimos una de las primeras empresas en producir en ecológico en Galicia. Somos de los primeros que colaboramos en la fundación del Craega. En nuestro caso, en ese momento, fue para poder exportar producto ecológico a Suiza. Para nosotros es una línea de producción estable desde hace más de 25 años, y sin ella no podríamos vender esa línea de producto ecológico, que puede suponer entre un 10 y un 15 % de nuestra facturación anual. Además, con el Craega estamos desarrollando certificaciones adicionales, algo que nos beneficia ya que exportamos todo el producto, porque en España no se consume castaña pelada y congelada. En el extranjero hay certificaciones ecológicas un poco diferentes, más específicas que la europea, que nuestros clientes nos están pidiendo. El Craega también nos permite certificarnos en estas otras producciones, lo cual nos está permitiendo llegar a algún productor o cliente más, con algún producto adicional y una nueva certificación, como puede ser Bio Suisse, por ejemplo. Para vender a Suiza, el mercado ahora demanda no solo la certificación ecológica europea, sino una certificación adicional, con requisitos específicos, como Bio Suisse.
Para nosotros, la labor del Craega es fundamental; además, es un sistema de certificación público en el que creemos profundamente, ya que permite que los productores de castaña, en su mayoría muy pequeños, no tengan unos costes de certificación muy elevados, y así las empresas más grandes asumimos una mayor parte de ese coste, lo cual lo convierte en el mejor sistema de certificación, el más imparcial y con mayores garantías.
¿Hay algo que os gustaría mejorar en el proceso de obtención de la certificación o estáis satisfechos?
Rocío: Diría que, en general, estamos satisfechos tanto con los técnicos, como con sus auditorías, y con el hecho de que sea un sistema de certificación público, ya que es más imparcial y no depende de una empresa privada ni de ingresos provenientes de sus socios o clientes. En general, estamos muy satisfechos con el trabajo del Craega.
¿Cuáles son los planes de Alibós a largo plazo? ¿Queréis cambiar algo, mejorar, manteneros como estáis…?
Rocío: En principio estamos trabajando mucho en potenciar las plantaciones de castaños y colaborando con la Administración para que apoye las plantaciones de castaños y fomente las ayudas a estas plantaciones. Vemos que es uno de los problemas más grandes que tenemos, ya que las arboledas son cada vez más viejas, en zonas de difícil acceso. La población rural es cada vez mayor y tiene más dificultades para recoger, por lo que la tendencia debe ser plantar nuevos castaños, bien distribuidos, con marcos de plantación adecuados, que permitan mecanizar la recolección y disponer de variedades de buena calidad. Variedades que se puedan, en nuestro caso, pelar fácilmente, que es lo que hacemos, pelar y congelar, y que tengan buena conservación. Este es uno de los mayores retos que enfrentamos en los próximos años, y a nivel productivo en la fábrica tenemos que seguir aumentando nuestra capacidad de transformación, quizá alcanzar algún otro mercado, pero principalmente estabilizarnos en lo que ya llevamos haciendo durante más de cuarenta años y poder tener materia prima suficiente de buena calidad para abastecer a nuestros clientes.