Ya bien entrada la estación, es el momento de comenzar a preparar el terreno para las cosechas de verano y, por supuesto, cosechas ecológicas. Llega el mes de abril, pero aun así no hay que confiarse con las temperaturas una vez superado el invierno, ya que la primavera puede ser inestable y traer consigo heladas que pueden echar a perder las plantaciones.
Hay que tratar de proteger las nuevas plantas de cultivo para evitar que se dañen con las bajas temperaturas. Para empezar, es un buen momento para preparar el terreno, eliminando las malas hierbas y planificando el diseño de la huerta, es decir, determinando dónde irá cada cultivo.
Si en marzo hubo siembras, es posible que ya haya algunas plantas para trasladar a la huerta. En este mes hay que plantar todas aquellas que se quieran cultivar durante el verano. Algunas pueden ser para todo el año, aunque prefieran la primavera, y otras son específicas para estos meses.
Algunas de las plantas que hay que poner en la huerta son las siguientes: tomate, lechuga, espinaca, pimiento, zanahoria, remolacha, calabacín, puerro, pepino, judía, calabaza, melón, sandía o fresa. Esta última ya comienza a brotar su flor y, si todo va bien, a inicios del verano ya podremos recoger los primeros frutos.
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