El pasado 1 de enero de 2022, entró en vigor el nuevo Reglamento de Producción Ecológica, que garantiza una competencia leal para los agricultores y, al mismo tiempo, evitar el fraude y mantener la confianza de los consumidores. El citado reglamento extiende el ámbito de aplicación de las normas de producción ecológica a una lista más amplia de productos, entre los que se ha incluido la sal marina y otras sales, ya que Europa ha detectado que existe una gran demanda al estar producida bajo técnicas naturales y porque su producción puede contribuir al desarrollo de zonas rurales.
Hasta ahora, el Reglamento de Producción Ecológica no contemplaba que la sal se pudiera certificar en ecológico debido a que no estaba considerada como un producto agrícola, sino como un mineral. Desde 2022, se ha incorporado al ámbito de aplicación, aunque Intereco ha estado certificando sal ecológica en base a su referencial desde 2012, atendiendo así a la demanda de los productores y de los consumidores que lo solicitaban.