El mirabel es una fruta carnosa con un tamaño similar al de una cereza, de color dorado, pero con un sabor más próximo al del melocotón o al del albaricoque. Tiene una temporada de recolección muy breve, aproximadamente un mes (del 15 de julio al 15 de agosto), y el resto del año su disponibilidad depende de las ventas y de su transformación en verano en cervezas (tostada o rubia artesana), mermeladas o en almíbar. Además de su sabor, destacan por sus propiedades beneficiosas para la salud, pues contienen mucha fibra, antioxidantes y vitamina C, además de vitamina A, y minerales como el potasio, calcio, magnesio y fósforo.
Los mirabeles crecen en O Rosal, en la provincia de Pontevedra, y es la materia prima con la que en 2004 nacía la empresa Mirabel do Rosal, de la mano de un grupo de vecinos. Tras muchos avatares, pasaron de vender 2000 kg a vender 20.000 en 2009, según cuenta Salvador Martínez, el responsable de la marca, que siempre tuvo clara su apuesta por la ecología y la sostenibilidad.
Su firme posición por este tipo de producción los llevó el pasado mes de junio a ser reconocidos como Mejor Productor Sostenible de la mano del BBVA y Celler de Can Roca.
Alén do Val es la marca bajo la que Mirabel do Rosal comercializa sus productos gourmet y sus responsables acaban de lanzar Biobel, asequibles para todo el mundo, «también de alta calidad, ecológicos y certificados, pero un poco más económicos».
*Podéis conocer la historia completa en el artículo firmado por Paula Quintás, publicado por El Español.