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Juan Carlos Juncal: “Los marineros normalmente tratamos de cuidar el mar porque es el que nos da de comer a nosotros y esperamos que le de a nuestros hijos”

Juan Carlos Juncal, presidente de la Asociación de Productores Mejilloneros San Amaro, participó en la mesa redonda sobre desafíos, aciertos y reflexiones del sector que tuvo lugar durante el I Congreso de la Acuicultura Ecológica de Galicia, celebrado en noviembre en Santiago de Compostela. En la entrevista que le hicimos nos contó por qué decidió apostar por el mejillón ecológico y cuáles son las características que tiene que tener una batea para que pueda ser certificada en ecológico, entre otros aspectos.

 

¿Cuáles fueron los motivos por los que apostasteis por el mejillón ecológico?

En nuestra familia ya éramos consumidores de comercio justo y ya estábamos bastante involucrados con el cuidado del medio ambiente. Los marineros normalmente tratamos de cuidar el mar porque es lo que nos da de comer a nosotros y esperamos que le dé a nuestros hijos. En el momento que surgió la legislación tuvimos acceso a ella y nos pareció fácilmente adaptable para las bateas la forma de producir mejillón en Galicia, entonces ya empezamos a hacer el trabajo documental, nos gustó y soportamos los primeros años de dificultad.

 

¿Cuántas bateas hay en la actualidad que produzcan mejillón ecológico?

En la actualidad, aunque es algo cambiante, en Galicia hay más de 200 bateas que producen mejillón con certificación ecológica. Nosotros en la asociación teníamos siete y estaban en proceso de certificar tres más.

 

¿Qué características tiene que tener una batea para que pueda ser certificada en ecológico?

Lo primero que tiene que tener, que es la parte más importante y la más preocupante, es calidad del agua. A partir de ahí, la producción ecológica en Galicia se adapta muy bien para la certificación ecológica, por el tamaño de las cuerdas, por la cantidad, por la densidad de cuerdas por metro cuadrado… Tenemos unas pequeñas limitaciones, que es una cuerda por metro cuadrado; una batea tiene en torno a 550 metros cuadrados, con lo cual, la legislación gallega permite 500 cuerdas pero en ciertos momentos puede permitir hasta 150 más, pero en ecológico tenemos que limitarnos a lo que dice la normativa ecológica, ¿no? Y luego pues tener un plan de impacto medioambiental, o un estudio de impacto medioambiental, o una trazabilidad del producto desde que entra en la batea y desde que se recoge en las rocas, hasta que se comercializa, con documental. Y poco más, es bastante sencillo. No usar una serie de productos en las limpiezas ni en las pinturas que no están permitidos en la certificación ecológica en ningún tipo de producto. Y no tiene mucha más dificultad, es bastante fácil.

 

En el pasado mes de septiembre señalizasteis por primera vez una batea ecológica, ¿cierto?

Por primera vez señalizamos una de las bateas ecológicas, porque la normativa sobre la señalización de las bateas es bastante estricta y llevamos varios años solicitando que podamos señalizar cuáles son las bateas que tienen certificación ecológica. Entonces, lo que hicimos en septiembre de 2023 fue a colocar el primer cartel en una batea de Vilanova para que a partir de aquí se pueda documentar de la misma forma que se documentan las fincas: qué bateas tienen certificación y qué bateas no tienen certificación, para que los auditores puedan encontrarlas con facilidad y dar una publicidad sobre alguna labor que estamos realizando.

 

¿Crees que los consumidores tienen menos conocimiento de la producción ecológica procedente del mar con respeto de la agricultura ecológica en general?

Lógicamente tienen menos conocimientos y sobre todo en España, donde la gente es gran consumidora de pescado pero no se valora suficientemente el pescado de acuicultura; que un producto de acuicultura sea certificado en ecológico pues le da un valor fundamental a los pescados, y el mejillón en nuestro caso es muy importante, aunque una gran parte del consumo de mejillón ecológico no es en España, sino que es en el resto de Europa.

 

En las zonas marcadas con bateas ecológicas, ¿estáis percibiendo que el tema de las sequías afectó a la producción?

Sí, afectó. Hay bateas a las que le afectó más, y bateas a las que le afectó menos. Lo que pasó es que se perdió casi un 70 % de la producción en muchos casos, pero sobre todo en casos donde se sacó el mejillón un poco tarde, o por lo menos se sacó en el momento en que se veía que se estaba debilitando y se podía caer. Entonces, hay gente que tuvo pérdidas; casi todos tuvimos, pero hubo gente que tuvo muchas más y que sacó un 70 % menos de producción.

 

¿Consideras que este tipo de eventos son necesarios para dar visibilidad y promocionar la acuicultura ecológica?

Sí, claro. Yo considero que hacer actos de promoción y de divulgación de los valores de la producción ecológica es fundamental, además de acercar la información técnica, que en el día de hoy hubo varios puntualizaciones que incluso para gente que llevamos desde los inicios con la certificación de mejillón ecológico no teníamos esa información. Esto es fundamental para nuestro trabajo y para que la gente sepa que el producto que estamos comiendo tiene una serie de valores innegables.

 

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