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Evaristo Rodríguez (Abadía da Cova): “No es cierto que el vino ecológico tenga menos calidad”

Evaristo Rodríguez-Abadía da Cova-Adegas Moure

Evaristo Rodríguez (segundo por la izquierda), gerente de Adegas Moure, durante la presentación de la última cosecha. Foto: Adegas Moure

Corría 2010 cuando Abadía da Cova presentaba su primer vino ecológico certificado por el Craega. Nueve años después el hijo más mimado de Adegas Moure acaba de hacerse con el Acio de Oro en las Catas de Galicia 2019. Organizado por la Consellería do Medio Rural, el certamen reconoce cada año los mejores vinos y aguardientes que se producen en la comunidad. A la hora de elegir ganador de la categoría orgánica, el jurado se fijó en una variedad de la D.O. Ribeira Sacra. Detrás del galardón hay una empresa con sólidos valores que inició su andadura hace casi un siglo en O Saviñao. Hoy es una de las imágenes más reconocidas de la zona. Hablamos con Evaristo Rodríguez, gerente de Adegas Moure.

¿Por qué Abadía da Cova decide iniciar su aventura con lo ecológico?
Siempre hemos tenido una filosofía de respeto al medio y así se mantiene en la etapa que vivimos ahora de relevo generacional, incluso con más incidencia. Aplicamos los mismos principios a la hora de realizar tratamientos o hacer elaboraciones, tanto en convencional como en ecológico. Pero no tenemos todo certificado por las características de nuestras parcelas. Conseguir productos sanos y respetuosos con el medio y con la naturaleza son conceptos que están pegados a nuestra marca. Y pienso que es algo fundamental para cualquiera que tenga sensibilidad por el mundo vinícola y en particular para los que trabajamos todos los días en el sector agrario. El cambio climático está ahí.

Una aclaración para profanos, ¿cuál es la diferencia entre un vino eco y uno convencional?
Las principales diferencias están más en la viticultura que en la elaboración. Hay quien tiene la necesidad de hacer vinos naturales y sanos, y además de calidad. Lo más reseñable es la sensibilidad que muestra lo ecológico con el medio: no se emplean herbicidas y los tratamientos son menos agresivos.

En Galicia, es particularmente difícil producir vino eco
Sí. Tenemos una viticultura con bastante riesgo. La humedad y la temperatura provocan que proliferen los hongos y, por si acaso, uno intenta preservar la cosecha con lo que tenga a mano. También es cierto que en la convencional, a veces, usamos cañones para matar moscas. Cuanto más agresivos sean los productos que utilizamos, más desequilibrio provocamos. Es decir, hacemos a las plantas más sensibles a las enfermedades y más resistentes a los tratamientos. En ecológico, la viticultura es mucho más respetuosa. Hay productos fitosanitarios certificados que funcionan muy bien frente a algunas dolencias. En este sentido, estamos en una etapa de grandes cambios.

¿Qué matices de sabor definen al vino premiado?
Es un vino afrutado, ligero, natural… Refleja muy bien las características del suelo en el que se produce. Es muy mineral. También se trata de un vino menos corpulento que otros porque no se puede arriesgar buscando grandes maduraciones y que aparezca botritis (un hongo que pudre las vides). En resumen, es muy fácil de beber, muy en boga con lo que se demanda hoy en día en el mercado. Nosotros queremos ir en esa línea también con otras variedades, sobre todo con los vinos jóvenes. En realidad, esa es la vocación típica en nuestra zona. La Ribeira Sacra da una mencía muy afrutada, acorde con la vida del paisano antiguo.

Evaristo Rodríguez, izquierda, con Núñez Feijóo y Francisco López Valladares, presidente del Craega, mostrando el premio de las Catas de Galicia 2019. A la derecha, foto del Abadía da Cova Ecológico galardonado.

¿Cuál es la diferencia entre los vinos de la Ribeira Scra y los de otras zonas de España?
Aquí no tenemos que envejecerlos para que sean bebibles. En muchas zonas de España se trabaja con variedades que son más ásperas, con más cuerpo… Y por lo tanto hay que abordar procesos de elaboración más largos, en particular con los crianzas. Todo depende del estilo de vino, de la variedad, de su grado de maduración… Salvo que se sometan a fermentaciones especiales, es muy difícil que resulten bebibles. Por eso, son fundamentalmente de barrica. Sin embargo, los de la Ribeira Sacra tienen otro tono que viene marcado por las características del suelo y la climatología. Son vinos porosos, afrutados, ligeros, ideales para diferentes combinaciones que tenemos en nuestro territorio.

¿Hacia dónde les gustaría que evolucionara la producción eco de Adegas Moure?
Queremos que toda nuestra producción vaya por esa vía. Pero nos resulta muy difícil, sobre todo por la gran parcelación que hay en los viñedos. Nuestras fincas son pequeñas, antiguas y están rodeadas por terrenos de otros propietarios que, en muchos casos, trabajan en convencional. En estas circunstancias es muy difícil conseguir la certificación.

Al igual que sucede con otros productos, ¿en el caso del vino orgáncio también se percibe un incremento de la demanda?
Nuestro vino ecológico se agota, aunque no es de los que tiene más tirada (5.200 botellas en 2018). Por el momento la demanda procedía del mercado internacional, pero ya notamos que aquí hay cada vez más gente que lo pide. No es cierto que el vino ecológico tenga menos calidad. Esa idea ha quedado atrás. Estamos encantados con el Abadía da Cova ecológico, nos parece muy bueno y está a la altura de cualquiera de nuestros vinos jóvenes. De algún modo, el premio de las Catas de Galicia viene a refrendar lo que pensamos.

¿Con qué marida bien este vino?
Con pulpo, con cocido… Con cualquiera de los combina a la perfección. Al ser un vino tan ligero y fresco, se puede beber más de un vasito.

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