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Catalina Fernández (Hifas da Terra): “El sector eco necesita creer en sí mismo para hacer de Galicia una gran potencia”

Catalina Fernández de Ana

Catalina Fernández de Ana, fundadora y directora general de Hifas da Terra (Foto: HdT)

Las setas sirven para algo más que para hacer un revuelto. Aunque el uso culinario es el más popular, esconden grandes beneficios para la salud. Se utilizan como complemento en terapias oncológicas, cardiovasculares o hepáticas y también son el ingrediente secreto de productos antienvejecimiento. Sus propiedades eran de sobra conocidas desde antiguo en la cultura oriental, pero la revolución a Galicia llegó hace un par de décadas de la mano de Hifas da Terra (HdT). La empresa con sede en Pontevedra echaba entonces a andar gracias al empeño de un equipo de la Universidad de Santiago (USC) que quiso convertir en realidad un proyecto de estudios. Los premios no tardaron en llegar, el último fue el que recibió en 2016 de Alimentos de España como Mejor Producción Ecológica. Su reto es convertirse en un centro internacional de renombre en la investigación del cáncer. Hablamos con Catalina Fernández de Ana, fundadora y directora general de Hifas.

¿Qué es Hifas da Terra?
Es una empresa que nace de un proyecto de 5º de Biología de la USC. Éramos estudiantes condenados a engrosar las listas del paro y, para evitarlo, un profesor se empeñó en convertirnos en creadores de empleo a través de la biotecnología. Fue entonces cuando empecé a darle vueltas a la idea: tenía que ser algo totalmente innovador con una fuerte base biotecnológica. Había que crear un producto que no existiera en el mundo o mejorar con creces la calidad de cualquier otro que hubiera en el mercado. Decidí inspirarme en algo que conocía desde pequeña, los hongos. Mi padre fue investigador del Centro Forestal de Lourizán, además de uno de los grandes divulgadores de la micología en Galicia y en el resto de España. Al profesor le encantó aquella propuesta, la presentó a un concurso nacional de jóvenes empresarios y ganó el primer premio. Después concurriría a otro de la USC y también quedó en primera posición. Ya que a la gente le gustaba tanto, en 1998 decidí fundar HdT.

¿Por qué producir en ecológico?
Como bióloga, para mí no hay otro criterio que producir en ecológico. La tierra nos está dando hongos, una materia prima con un alto valor añadido. Lo mínimo que podemos hacer para agradecer este regalo es cuidar la naturaleza. Estamos inscritos en el Craega desde el principio. En los primeros tiempos no se conocía, la gente no le daba valor. Por aquel entonces se pensaba que éramos biólogos hippies un poco locos que producían en ecológico.

¿Qué beneficios tiene para la salud la micología?
Los hongos son los grandes limpiadores del mundo: de suelos, de aguas y también de los humanos. La explicación es sencilla. El reino Fungi se sitúa entre lo vegetal y lo animal; conviven las propiedades de ambos. De tal modo, cuando enferman, son capaces de autocurarse. Durante miles de años de evolución, se dotaron de moléculas o principios activos antivirales, anticancerígenos y antibacterianos. ¿Por qué? Porque tenían que defenderse de todo aquello que los atacaba sin moverse del sitio. Esa gran capacidad de adaptación es la que permite que su ingesta nos convierta en seres más resilientes y con más facilidad a la hora de optimizar los ciclos metabólicos. Los hongos logran que nuestro sistema inmunológico funcione mejor, sirven para prevenir enfermedades y para mejorar cuando padeces alguna dolencia.

¿Están demostrados los efectos positivos de los hongos en tratamientos oncológicos?
Sí, como concomitante. El tratamiento principal siempre es el del hospital (quimioterapia, radioterapia, etc). La línea Mico-Onco Care de Hifas funciona como acompañamiento para proteger de base el sistema inmunológico y sus ciclos metabólicos. De tal modo, el paciente no sufre tanto y tolera mejor la terapia convencional.

¿Este método se utiliza de forma regular en las unidades de Oncología o es una decisión del paciente?
Es una decisión del paciente. Nosotros no tenemos capacidad económica para funcionar como una gran industria farmacéutica y establecer una red de distribución en centros de todo el país. Pero el futuro puede ir por ahí. Tenemos líneas abiertas para establecer ensayos clínicos en cáncer en dos hospitales de Madrid y otros dos en Cataluña. Y también estamos trabajando con servicios médicos de Italia, Francia, Portugal, Reino Unido y EE. UU. Nuestro sueño es ser un centro internacional de referencia en la investigación del cáncer.

¿Alguna línea de investigación abierta que no sea la oncológica?
Estamos trabajando en patología neurodegenerativa (alzhéimer, párkinson y daños neuronales) y en la rama veterinaria. Queremos que las propiedades de los hongos sirvan para ayudar a las personas, pero también a los animales. Por eso, HdT está desarrollando un proyecto para disminuir la carga de antibióticos y de hormonas en la alimentación animal.

¿Todas las líneas de producto de HdT están certificadas en ecológico?
Prácticamente todas. Alguna no cuenta con el sello porque nos vemos obligados a utilizar formulaciones líquidas en las que tenemos que utilizar conservantes. A veces es solo un porcentaje de un 0,25%, pero cuando estás preparando un producto para gente con un problema inmunológico fuerte, no puedes arriesgarte de ninguna manera a que crezca una bacteria; en este caso es más importante incorporar el conservante. Que conste que esto es un problema de certificación que debería cambiar.

¿Cuál es el producto estrella de HdT?
El Mico Rei. Es un producto que ayuda a miles de personas a calmar la ansiedad, el estrés… El hongo Reishi es un antiaging muy potente que modula las hormonas y eso se refleja en la piel, en el cabello o en las uñas.

¿Qué papel tuvo la Administración en el desarrollo de HdT?
El Igape acogió mi proyecto con los brazos abiertos. Por aquel entonces era una bióloga sin mucha idea de lo que era montar una empresa. Me aceptaron en el programa Lanza y ahí tuve la oportunidad de formarme y aprender qué es el mundo de los negocios antes de empezar. La Xunta nos dio mucho apoyo desde el principio y las subvenciones fueron muy importantes para salir al exterior, en particular para acudir a ferias y participar en misiones inversas.

¿Qué necesita el sector ecológico gallego para su despegue definitivo?
Lo primero que necesitamos es creer en nosotros mismos. Somos un país maravilloso, el tesoro de Europa. Cuando sales por ahí fuera te das cuenta de que vivimos en un paraíso. Hay que evolucionar, atender las demandas del mercado y no quedarse de brazos cruzados. Porque es la forma de crecer y, con eso, podemos llegar a ser una gran potencia ecológica mundial.

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