Es el fruto por excelencia de esta estación en Galicia. Las calles de los pueblos y de las ciudades desprenden un agradable olor a castaña asada y son numerosos los puntos de la comunidad donde celebran la cosecha acompañada del vino recién hecho en los populares magostos. Con todo, la castaña de producción ecológica, en progresiva expansión tanto en superficie como en volumen de negocio desde los comienzos del Craega, tiene un importante valor añadido respecto de la convencional: en todo el proceso, desde que se planta el árbol hasta su recolección, está prohibido emplear herbicidas u otro tipo productos químicos no autorizados por la normativa de producción ecológica, por lo que, además de sabroso y nutritivo, consumiremos un alimento más sano y más respetuoso con el medio ambiente.
CASTANEA SATIVA, EL ORIGEN. Castanea sativa es el nombre científico de este fruto, un alimento presente en las mesas gallegas desde tiempos inmemoriales, cuyo mayor desarrollo e implantación en España tuvo lugar durante la presencia de los romanos. En esa época las castañas se consumían asadas, crudas, secas o en harina y formaban parte de la dieta durante todo el año. Su proliferación en nuestro territorio se debe al clima, templado y húmedo, propicio para el desarrollo del castaño (Castanea sativa Mill.), como se refleja en el hecho de que la mayoría de los sotos del Estado se localizan en la zona noroeste y especialmente en nuestra comunidad.
A partir del siglo XVI, con la incorporación de la pataca y el maíz llegados de América y con el desarrollo de enfermedades del castaño, el fruto por excelencia del otoño quedó relegado con el paso de los años a un alimentos para las clases sociales más humildes y sus animales domésticos.
Con el paso del tiempo, su consideración fue cambiando hasta adquirir una imagen más sofisticada y su demanda fue protagonista de un auge procedente de la revalorización de los productos artesanos, así como su utilización en la alta cocina, hasta llegar a compartir mesa con selectas exquisiteces y a internarse en los principales mercados internacionales de muy diversas formas: fresca, muy apreciada para la elaboración del marrón glacé; deshidratada; harina; sopa; crema o conservas (natural y en almíbar), por citar solo algunas opciones.
SABROSA Y SALUDABLE. Asada, cocida en caldo o con leche, la castaña representa uno de los alimentos esenciales de la gastronomía gallega y se consume sola o combinada con platos de caza, verduras, carne… además de constituir una excelente base para elaborar exquisitas sobremesas.
Actualmente nadie duda e sus calidades nutritivas y de su baja aportación calórica, pues su componente mayoritario son los hidratos de carbono (almidón, sacarosa y fibra soluble).
Tiene un bajo contenido de proteínas, aunque cuenta con un valor biológico más importante que de otros vegetales, es decir, de mejor calidad. La cantidad de gras presente en ellas también es muy baja, bastante similar a la de los cereales y, por tanto, muy inferior a la de los frutos secos. Es, además, una buena fuente de vitaminas C, E y B y minerales (K, P, Mg, Ca y Fe). Su bajo contenido en gluten está a despertar el interés para su utilización en alimentos aptos para celíacos y también para dietas bajas en sodio.
En definitiva, la castaña es un alimento muy nutritivo, además de sabroso, muy recomendable para incluir en una buena alimentación.
- Textos elaborados en base a la web www.alibos.eu
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